La familia tiene un alma común y una conciencia común. Esa alma y esa conciencia cuidan tres órdenes fundamentales.
Somos una suma de un Sistema Familiar. Tu vas a funcionar bien en la vida si tienes ordenado tu sistema familia. Si hay desorden, sufrirás las consecuencias de ese desorden. Debo decir, que todos los sistemas generan un desorden que de una manera u otra es compensado, hasta que el orden por si mismo es establecido.
Si tenemos en cuenta que el AMOR es el único movimiento o energía que mueve ordenadamente el mundo, nos daremos cuenta que todos los demás sentimientos son máscaras para que ese amor no fluya. Es como el río que no tiene un cauce, que se dispersa.
En los órdenes del amor, podemos ver dos clases: Primarios y Secundarios. Los Primarios son igual de válidos para todos los seres humanos y son los más improtantes. Los Secundarios son creados por la sociedad y cambian de familia en familia, dependiendo de la región donde vivan, países, religiones, etnias, etc.
ORDENES PRIMARIOS:
1º VINCULACIÓN:
Tú naces de un padre y de una madre y esa es tu familia. Indudablemente así como el río se nutre de su fuente, los hijos se nutren de los padres. Así tenemos obligación de vincularnos a nuestro Sistema sin cuestionarlo, sin quererlo cambiar.
«La transmisión de la vida,
de la fuerza hacia el destino
que lleva ese ser
a través de las raíces»
El orden del amor aplicable a la relación padres e hijos es «los padres dan, los hijos reciben», sin embargo hay hijos que se niegan a tomar de los padres, bien sea porque tienen razones «objetivas» o bien porque realizan un intento amoroso e inconsciente de «ayudarlos-salvarlos».
Si rechazamos nuestro sistema familiar estaremos rechazando nuestra vida.
A nuestros padres tenemos que verlos siempre como los grandes, porque hemos nacido de ellos y nos han dado la vida.
Es un hecho evidente que venimos a la vida a partir de alguien, nacemos vinculados, y somos el río que se nutre de la fuente que son nuestros padres. Pero el río no puede suministrar agua a su propia fuente. Puede suministrar agua a otros ríos y ser a la vez fuente de otros ríos. Este orden básico de relación con los padres no es un precepto moral, es una condición básica para que el amor fluya.
2º DERECHO DE PERTENENCIA:
Pertenecemos antes que nada a la familia donde hemos nacido, y con ellos compartimos destino. Pertenecemos a la tierra que nos vio nacer y a los sitios donde hemos crecido.
Pertenecemos a aquellos a quienes hemos amado. También pertenecemos a aquellos con quienes el destino nos ha vinculado: nuestras parejas, con quien hemos tenido hijos, con quien nos hemos topado en un accidente, etc
Todo lo vivido de manera personal nos pertenece -es evidente- pero también nos pertenece lo vivido por los miembros de nuestra familia, aún cuando ya estén muertos, aún cuando no los hayamos conocido. Es una información -generalmente inconsciente- que llevamos en el ser.
Cada miembro de nuestro sistema, vivo o muerto, tiene el mismo derecho a pertenecer y nadie puede excluir o marginar a ninguno. Si dentro de un sistema a algún miembro se le niega el derecho a la pertenencia, por ejemplo, mediante valorizaciones morales como: «eres un bebedor», «eres un canalla», «eres una furcia», etc. eso tiene las mismas consecuencias, es decir, se le está excluyendo del sistema. En este caso, hay ciertas personas que pretenden tener más derecho dentro del sistema a pertenecer porque se consideran mejores.
Pero el alma familiar no diferencia entre buenos y malos en ese sentido, porque lo que llamamos mal no es sino otro aspecto de la diversidad sobre la que puede erigirse el bien. Sin el mal no existe el bien. Una persona que es totalmente buena es terrible. O la persona que se considera perfecta es temible y también peligrosa. Estando cerca de personas que se consideran comunes, uno se siente tranquilo y se siente integrado.
Cuando a algún miembro de la familia se le niega el mismo derecho a la pertenencia, el alma familiar o la conciencia familiar trata de reestablecer el orden mediante una compensación. Por regla general, para ellos, la conciencia familiar conecta a una persona nacida posteriormente con la persona que fue excluida de manera que lo reemplace como compensación. La persona nacida posteriormente entonces sufre como aquel y se vuelve como aquel. A través de él y su lealtad al sistema, el sistema tiene que enfrentarse de nuevo con el bien y el mal.
Para esa persona nacida posteriormente, la solución sería que reconozca la dignidad del excluido, o a aquel cuyo destino despierta el miedo en los demás, motivo por el que lo excluyen y olvidan, como a veces sucede con mujeres que murieron en el parto o niños que mueren a temprana edad, etc. los cuales no se mencionan para cubrir el dolor y pasan a ser excluidos.
Reconociendo la dignidad de esas personas se logra la compensación. Así el sistema queda en paz y no es necesario que algún miembro posterior lo reemplace.
«Pertenecer nos engrandece»
3º LEY DEL DAR Y EL TOMAR:
Cualquier relación humana se basa en esta ley. Si no se da y no se recibe no existe una relación. La relación puede ser entre desiguales o entre iguales.
– Entre desiguales: los grandes dan a los pequeños y estos lo transmiten a las generaciones siguientes. Los hijos reciben de los padres sin tener necesidad de devolverlo y éstos a su vez a sus hijos. No importa que los padres abandonden a sus hijos, les han dado la vida, los motivos deben ser mirados, por supuesto, pero ellos siempre serán los grandes, porque les han dado la vida.
– Entre iguales: prescindiendo de la edad, son las relaciones que establecemos con los demás: amistad, pareja… Solo funciona con un flujo intenso de dar y recibir. Te doy porque te amo y el otro me da porque me ama. El flujo de dar y tomar es lo que da la felicidad a la pareja y la amistad funciona igual. Lo importante aquí es que los dos se vean como iguales, no pensando que uno es más que otro.
ORDENES SECUNDARIOS:
Una familia estableces y desarrolla unos principios y un Sistema de Valores que van de padres a hijos. Los hijos deben de acatar estos principios, al menos, hasta que estén bajo su techo, mienteras sean dependientes de sus padres.
El niño hasta los 10 años no cuestiona, acata, pero según comienza a crecer, analiza estos valores que los padres le transmiten, ve lo que debe tomar y lo que no. En el momento que se independiza puede empezar a practicar su nuevo Sistema de Valores. De lo contrario, no habría evolución. La evolución significa un Nuevo Sistema de Valores.
CONSTELACIONES FAMILIARES O CONFIGURACIÓN DE UN SISTEMA FAMILIAR:
El trabajo con constelaciones familiares es una invitación a exponerse a algo más grande, sin ánimos de manipular el sistema familiar que nos ha modulado, sin la pretensión inicial de querer cambiar el destino de nadie, simplemente abrir nuestra conciencia para que aparezca una imagen (constelación) que sana.
Los talleres de constelacions son un espacio para encontrar soluciones que no tienen que ver con la razón, de allí que quien quiere «comprender» su sufrimiento simplemente añade conocimientos al master que hace sobre su vida. Las soluciones que encontramos son el resultado de mirar el amor que hay detrás de una vida difícil, y que la mayoría de las veces descubren lealtades a nuestro sistema familiar.
Las soluciones muchas veces simples, simplemente requieren asentimiento a algo más grande, otras veces requieren orden en el sistema familiar, que se descubra cual es el sitio que uno ha ocupado hasta ahora -desde el intento amoroso de sanar cosas- y que hace sufrir y situar a una persona en donde le corresponde para poder tener una vida digna.
(Próximo artículo: «TRASTORNOS DE VINCULACIÓN»)
Artículo escrito con el apoyo de algunos extractos del libro «Los órdenes del amor» de Bert Hellinger, otros artículos y apuntes de formación y conclusiones de distintos talleres de constelaciones familiares con Amparo Pastor, Manuel Zapata, Cecilia Martí, Clara Ventura, Carmen Pelayo, Montse Costa y Cecilio Regojo.
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