En este año, como bien sabéis los seguidores de este Blog, comenzamos los Talleres de Vida Ecológica Consciente y Respetuosa. Con ellos tratamos de hacer que cada vez seamos más las personas que sobre planeta llamado Tierra sean más conscientes a todos los niveles.
La situación digamos que es propicia para ello, pues a todos los niveles y como menciono en artículos anteriores la crisis no deja de empujarnos para que de alguna manera (cada uno por donde le toque) sea más consciente.
Es curioso, que mucha gente con la que hablo de estos talleres se interesa por lo que digo y además quiera asistir a alguno, pero más curioso es que hayan muchos que suelten de manera insinuante expresiones como: “pero eso te quita mucho tiempo libre ¿no?”… o bien: “vaya ganas que tienes de estar haciendo tu el jabón de lavadora, total para ahorrarte un dinero que de una manera u otra te lo gastas”… o como me dijo aquel: “¿parabenes?… ahajajaja…¡ya estamos inmunizados de los parabenes”… Lo peor no es esto, sino la toma incorrecta de conciencia global, ante la manera en la que poco a poco estamos destruyendo nuestro planeta y además, con pequeñas acciones diarias que parecen insignificantes, pero que poco a poco van deteriorando el lugar en el que vivimos.
Algún día llegará lo que tanto hemos visto en muchas películas, pongo el ejemplo de “Mad Max: más allá de la cúpula del trueno”, que nos muestra ese mundo post-apocaliptico donde un líder intenta salvar a un grupo de niños perdido que luchan por sobrevivir… Sobrevivir… Por ahora vivimos… dentro de poco hablaremos cada vez más de sobrevivir.
Estamos llegando al punto en el que hay una gran diferencia entre aquellos que ya están avanzando y evolucionando y otros más lentos quedan rezagados. Con lo cual se está creando de manera lenta pero claramente, el grupo que se abre camino en la consciencia y otro grupo que quedándose rezagado permanece más en la inconsciencia, perdido en vivir y disfrutar de lo que hay sin pensar en cuidar lo que se tiene y lo que dejamos a los que vienen detrás.
Cuántas veces cuando salgo a caminar por los alrededores de mi casa veo residuos y bolsas de basura tiradas en los matorrales, como que no han querido ir mas allá hasta los contenedores de basura. Basuras a los lados de la vía del tren pudriéndose.
Es duro decir esto, porque para mi es duro pensar que alguien es inconsciente. Pero también me doy la oportunidad de pensar que lo que para mi es inconsciencia para otro es consciencia, por lo que podríamos decir que la manga de la consciencia puede ser muy ancha y que todo se basa en los valores e ideales en los que se apoye nuestra vida, pensamientos, sentimientos y acciones.
Cuando la otra noche leía los resultados de la jornada de huelga del 29 de Marzo, me sentí algo triste, quizá porque pongo mucha ilusión en ayudar y crear consciencia a mi alrededor, y me di cuenta que esos dos grupos de los que hablaba unos párrafos arriba son cada vez más fuertes y que ambos nunca llegarán a crear acuerdos porque sus creencias están demasiado reafirmadas y no damos pié a dar un poco de nosotros mismos y crear equilibrio. Todo el mundo barre para su casa.
Pongo un link donde se ven varias imágenes que describen esta jornada de huelga. Toda una falta de respeto a personas que ejercen su derecho a ir a trabajar. Actuando con mala educación, con agresiones verbales y físicas, ejerciendo la fuerza y la presión sobre pequeñas empresas que no se pueden permitir cerrar un día, y generándoles gastos… Si de verdad hablan de justicia deberían pagar todos los gastos que a lo largo del día han generado, los destrozos, incluyendo los psicológicos. ¿Quién pierde?… el trabajador… ¿para quién es la huelga entonces y para qué?…
Periódico digital «La Verdad» de Murcia: click aquí
El dolor que me causó ver como un piquete le gritaba a una señora mayor porque no le dejarían entrar a una tienda. Una falta de respeto absoluta a nuestros mayores, que saben mucho más que nosotros porque ellos también pasaron y sufrieron lo suyo.
Había una foto de un hombre con un cartel entre sus manos que decía: “Indecente es quitarle mucho al que poco tiene y nada al que todo lo tiene”. Cuando una tienda que intenta sobrevivir ante la crisis de la mejor manera, decide que debe abrirla y los piquetes le rompen el cristal o le causan destrozos en el interior… ¿quién es el indecente?… Esa es la inconsciencia de la que yo hablo.
Quemar contenedores en el Paseo Alfonso X, para hacer trabajar a los bomberos y también generar un gasto que vamos a pagar todos, porque los contenedores mantienen limpia la ciudad por la que me muevo y en la que vivo. Ensucian las calles para que luego trabajen el doble los que cuidan de nuestro espacio. Esa es la inconsciencia de la que yo hablo. Y encima, contratan delincuentes y camorristas que ejercen el miedo.
¿Cuántos gastos habrá generado la huelga al final de la jornada?… Posiblemente un dinero que podría haberse aprovechado para otros fines de más necesidad. Incoherencia total.
Ese cartel de: “somos obreros, somos honrados, somos solidarios”… me ha llegado al alma. No somos nada de nada si cuando tenemos que mirar a los demás, no pensamos que ellos también lo son. Ser solidario… uff… queda tanto por aprender.
Y mi camino es largo, cuando miro atrás y veo todos los pasos que he dado para aprender un poco de todo, pero sobre todo, un poco de amor, humanidad, solidaridad, misericordia, perdón, honestidad, coherencia, ecuanimidad, etc… y especialmente respeto. Respeto a todos aquellos que con sus acciones me dan que pensar y reflexionar, porque así crezco, pero me duele ver el daño que nos hacemos los seres humanos para aprender unos de otros, y el daño que le hacemos a la tierra que tanto nos da día a día y no sabemos apreciar los regalos. No la honramos si no hacemos con ellos lo correcto.
Todo aquello que yo hago,
desde lo más pequeño e insignificante hasta la acción más grande,
produce un impacto,
que desde nuestra inconsciencia nunca conoceremos.
Por lo tanto… SEAMOS CONSCIENTES.
(Marla Sánchez)
Pongamos un poco más de atención a los pasos que damos, a las cosas que hacemos y también a cuanto decimos y sentimos. Parar más a pensar y reflexionar sobre nuestros actos nos ayudará a ser más conscientes del impacto que producimos, que aunque parezca insignificante, para algo o alguien tiene un significado. No vayamos tan deprisa en juzgar los pasos que otros dan, miremos más nuestros pasos y cuanto acontece alrededor de ellos. Ellos pueden crear una cadena de sucesos de los que luego no hay vuelta sino se sabe seguir el hilo y volver sobre nuestros pasos.
Sin embargo, cuando uno mueve la ficha correcta, hay movimientos invisibles a los ojos de la razón, que nos llevarán a un destino acompañado por otros que lo comparten y desde la unidad. Cada vez que nos equivocamos al mover la ficha, solo obtenemos contradicciones, hechos inexplicables que nos hacen sentir solos y que algo ha fallado. Casi siempre tendemos a pensar que los demás son los culpables, pero no es así, solo nosotros somos responsables de lo que nos ocurre en la vida. Es difícil de comprender, pero así es.
Tras muchos años de estudiar Metamedicina y llevarla a mi vida como si mi ley de vida fuera, he podido comprobar todo cuanto estoy hablando. Y así he podido ir de culpar a los demás de lo que me pasa a acercarme un poquito más a mi y comprobar que si yo pienso, siento, digo o hago esto o lo otro, si no es correcto y coherente, a la primera a la que afecta es a mí. Así, un dolor de cabeza o un dolor de estómago, una torcedura de tobillo… me están indicando que la ficha que estoy moviendo de alguna manera no es la correcta.
Luego me fui a comprobar, que no solamente mi cuerpo, sino que mi casa y todo cuanto poseo en mi vida, si yo los tengo incluidos en mi vida de manera consciente, también me hablan de manera especial y se resienten si yo no voy por buen camino. El coche a veces pincha una rueda y a continuación yo no puedo evitar el pensar “qué es lo que estoy haciendo mal que he pinchado”. El me está avisando para que piense y pueda rectificar, me está ayudando para que me de una oportunidad.
No es la primera vez que uno de mis naranjos con su enfermedad me dice que hay un apartado en mi vida que tengo que mirar.
El lector, es posible que ya esté pensando que estoy entrando en locura, pero cuanto más abierto estás a la vida y las leyes invisibles que la gobiernan, más fácil es estar sensible a cuanto nos habla alrededor. A veces, tanta sensibilidad nos lleva hasta pensar en alguien y saber que ese pensamiento te está diciendo que llames a esa persona y que le vendrá bien hablar un rato o necesitaba tus palabras.
Entonces, cuando vives esto, ya no hay vuelta atrás, ya no podemos pensar como antes, sino poniendo un valor mucho más alto (con-s-ciencia) a nuestra vida y a la de quienes nos rodean, un valor mucho más grande y el respeto por todo aquello que tenemos en nuestra vida y al lugar en el que vivimos. Todo cobra mucho más sentido.
Pongamos consciencia en nuestras vidas, todo cambiará.
APRENDE A DIFERENCIAR CONCIENCIA Y CONSCIENCIA:
La diferencia entre ambas palabras consiste en que la conciencia se consigue cuando se conoce algo, se posee la ciencia de algo, de ahí el nombre de con-ciencia.
Por otro lado, la consciencia implica la sabiduría de algo junto con el conocimiento que ésta implica.
La “s” que está entra ambas palabras establece la diferencia entre hacer las cosas con conocimiento de causa o hacerlas con conocimiento de efecto.
Espero que esta reflexión haya sido del agrado del lector.
Desde ese sentimiento de unidad me uno a vosotros y os doy las gracias por estar siempre ahí.
Muy buen artículo. ¡Gracias!