Un día estando en mi lugar de trabajo entré al baño y no había papel higiénico. Antes de entrar y no poder acabar mi tarea con total éxito, decidí que mejor avisar que pusieran en ambos baños papel higiénico. En el pasillo, antes de avisar a conserjería, me entretuve charlando con una compañera y observé que varias mujeres y niñas entraban al baño y salían como si nada. No voy a contar la de ideas y maneras de salvar esa situación que pasaron por mi cabeza. Después fui a indicar a conserjería que faltaba papel en el baño y al poco estaba puesto, por lo que pude realizar mis necesidades con total tranquilidad y comodidad.
Al llegar a casa esa noche, pensé en esta situación y reflexionando sobre ello, me di cuenta que la mayoría de las personas prefieren callar y solucionar según les vengan las situaciones y prefieren no decir nada y sentirse incómodas. Todos hemos experimentado situaciones parecidas en las que hemos preferido callar para no molestar o parecer ridículos, o al revés, hemos preferido armar un pequeño escándalo por no estar las cosas bien hechas.
Por este motivo, hoy voy a hablar de asertividad.
¿Qué es la asertividad?… La palabra “asertivo” viene de “aserto” y esta proviene del latín “assertus” que quiere decir “afirmación de la certeza de una cosa. Así, podemos deducir que una persona asertiva es aquella que afirma con certeza. (Wikipedia)
Este sería el término de conducta equilibrada, pero este ocupa un lugar intermedio entre otras dos conductas polares: la asertividad agresiva y la asertividad pasiva (o no asertividad).
Según dice el Wikipedia, la Asertividad pasiva o No Asertividad, es la forma de comunicarse personas que evitan mostrar sus sentimientos o pensamientos por temor a ser rechazados o incomprendidos o a ofender a otras personas. Infravaloran sus propias opiniones y necesidades dando un valor superior a las de los demás.
La Agresiva es la forma de comunicación opuesta a la pasiva. Se sobrevalora las opiniones propias y sentimientos personales, ignorando o incluso despreciando las opiniones de los demás.
Por lo tanto la comunicación Asertiva es abierta a las opiniones ajenas, dándole la misma importancia que las propias. El respeto y la educación la caracterizan. Una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, con la única finalidad de comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros derechos sin intención de herir. Se plantea con seguridad y confianza lo que se quiere, de forma directa, abierta y honesta.
Hay un ejemplo típico, que en los talleres que alguna vez he dado sobre habilidades sociales expongo.
Suponga el lector o lectora que está en un restaurante y cuando el camarero le ha traído todo lo que ha pedido, usted ve que la comida tiene un pelo o que la copa tiene marca de pintura de labios de otra persona. Usted podría reaccionar de estas tres maneras:
1ª No decir nada y quedarse con la copa y retirar el pelo de la comida.2ª Armar un escándalo en el restaurante y decir al camarero que no volverá nunca.3ª Llamar al camarero y explicarle lo que ocurre y que cambie la copa por otra limpia o el plato.
El ejemplo expresa claramente los tres conductas, la equilibrada que es la asertividad y las otras dos que son conductas extremas. Supongo que al lector le queda claro cual es cada una dentro del ejemplo.
Estas formas de comportarnos nos hace a veces ineficaces para la vida social, generándonos malestar. Sin embargo, como cualquier otra conducta, es algo que se puede ir aprendiendo con la práctica.
“La asertividad es la expresión de una sana autoestima”
La gente suele ser poco asertiva porque piensan que no tienen derecho a sus creencias, derechos u opiniones. No se trata de convertir una persona sumisa en quejica y acusadora, no nos confundamos. Se trata de enseñar y mostrar que la gente tiene derecho a defender sus derechos ante situaciones que son injustas.
Encontré por Internet un ejemplo ilustrativo de asertividad, una técnica que funciona muy bien, que se trata de desarmar antes al otro con un cumplido o reconocimiento de su labor, de su persona o de su tarea, para después pasar a expresar lo que necesitamos:
– Mujer: “Paco ¿podrías ir a recoger a los niños al colegio?, tengo aún que preparar la lección para mañana y creo que no me dará tiempo”– Marido: “Lo siento María, pero acabo de volver del trabajo y estoy muy cansado, ve tú”– Mujer: “Se que estás muy cansado, normal porque te esfuerzas mucho en tu trabajo. Tu jefe debería darse cuenta de eso y no cargarte con tantas tareas. Pero te pido por favor que recojas a los niños, ya que tengo que hacer este trabajo para mañana mismo. Luego podremos descansar.”
Aquí se defienden los derechos propios (pedir ayuda y expresar las opiniones) sin vulnerar los derechos del otro, ya que no hay ningún tipo de orden, menosprecio o agresividad hacia la otra persona.
“Ser asertivo es expresar nuestros puntos de vista respetando el de los demás”
La persona sumisa no defiende los derechos e intereses personales. Respeta a los demás, pero no a sí mismo. Su comportamiento externo es de volumen bajo, habla poco fluida, tiene bloqueos y vacilaciones, silencios, muletillas (esto… no?)… huye del contacto ocular, tiene mirada baja, dientes apretados o labios temblorosos, manos nerviosas, se puede morder las uñas, etc. Sus patrones de pensamientos son: “lo que yo sienta, piense o desee, no importa. Importa lo que tú sientas, pienses o desees”. Consideran que así evitan molestar u ofender a los demás. Son personas “sacrificadas”. Su creencia principal es: “es necesario ser querido y apreciado por todo el mundo”. Y por supuesto, tienen una sensación constante de ser incomprendidos, manipulados y no tenidos en cuenta. A la larga, se pierde la autoestima y también pierden la falta de respeto de los demás, junto con otras consecuencias.
La persona agresiva defiende en exceso los derechos e intereses personales, sin tener en cuenta los de los demás. Unas veces, no los tiene realmente en cuenta, otras carece de habilidades para afrontar ciertas situaciones. Su comportamiento externo: volumen elevado, a veces habla poco fluido por ser demasiado precipitado, habla tajante y con interrupciones y utiliza insultos y amenazas. Su contacto ocular es retador, su cara tensa, manos tensas, postura que invade el espacio del otro y tendencia al contraataque. Los patrones de pensamiento: “Ahora solo yo importo. Lo que tú pienses o sientas no me interesa”. Piensan que si no se comportan de esta forma, son excesivamente vulnerables. Lo sitúan todo en términos de ganar o perder. Son ansiosos y solitarios, tienen sensación de incomprensión, culpa y frustración, y especialmente, una muy baja autoestima (sino no se defenderían tanto). La sensación de falta de control es la que les hace actuar así. Sus enfados son cada vez más constantes y se extiende cada vez a más personas y situaciones. Son honestos emocionalmente porque expresan lo que sienten, no engañan a nadie.
Todos, absolutamente todos nosotros hemos sido en muchos momentos pasivos y también agresivos, pero siempre hay una conducta generalizada en cada uno. ¿Cuál es la nuestras?… La Asertividad nos hace sentir libres. Procuremos ser más asertivos.
Un día hablando de este tema en una empresa, ocurrió algo muy curioso. La verdad es, que me ha ocurrido muchas veces con historias de baños, como bien comencé este artículo, quizá sea en una de las cosas que más me fijo. Después de entrar todos durante un curso de habilidades sociales y sabiendo que el jabón estaba llegando a sus últimas a media mañana, comenzó la tarde y todos volvieron a visitar el baño. Todos salían sin ningún problema y continuába el curso con normalidad. En el descanso de la tarde, entré al baño y me di cuenta que el recipiente del jabón líquido estaba vacío. En ese mismo momento, salí y pedí si por favor, era posible que pusieran más jabón líquido ya que estaba gastado. Enseguida lo sustituyeron y todo quedó solucionado y yo me pude lavar las manos. Lo gracioso fue cuando salí pensando: ¿cómo se habrán lavado las manos? ¿se las habrán lavado?… No pude evitar llegar a la sala con una gran sonrisa que me animó a terminar el curso todos alegremente.
Lo que siempre me hace sentir cuando soy asertiva es una gran libertad de ser quien soy y expresarme, no intentando llevar la razón sino simplemente con honestidad y respeto, expresar lo que siento y necesito por derecho.
Ser asertivo no significa querer llevar siempre la razón, sino expresar nuestras opiniones y puntos de vista, sean estos correctos o no. Todos tenemos también derecho a equivocarnos. Respetemos siempre.
Bibliografía: Wikipedia y “La Asertividad” de Olga Castanyer 1996