Las manos que se acariciaron antes de que yo llegara a este mundo,
las manos que me acogieron nada más nacer,
las manos que me dieron calor,
las manos que me hicieron cosquillas,
las manos que me acariciaron,
las manos que me tomaron,
las manos que me cambiaron los pañales,
las manos que me dieron de comer,
las manos que me pusieron inyecciones,
las manos que me cuidaron,
las manos que me señalaron lo que no estaba bien,
las manos que indicaron el camino,
las manos que me mostraron el amor,
las manos que me enseñaron a rezar,
las manos que me animaron en el camino de la vida,
las manos que me mostraron el dar y el tomar,
las manos que me enseñaron el valor del perdón,
las manos que me masajearon las emociones cuando se tambaleaban,
las manos que me dieron lo que necesité a cada momento…
Y si hubo carencias… todo lo demás lo envuelve,
ya que esas manos lo hicieron lo mejor que pudieron y supieron.
Esas manos… esas manos… esas manos…
Hoy siguen…
acariciándome, abrazándome, abiertas para dar y para recibir,
desde la vejez, con arrugas, con cansancio, con dolor,
que a veces me queman y me desgastan,
pero con la sabiduría de un amor que también envejece,
y me muestra hasta dónde puedo yo llegar
si todo ello lo conservo en mi corazón.
Hoy siguen…
mostrándome la vida en su evolución y enseñandome la importancia del alma…
Hoy siguen ahí…
con fuerza, amor, fe y experiencia.
Hoy siguen dando valor a mi vida.
¡Gracias!
Y mis manos… las miro… unas veces siento que son como las de mi padre y otras… siento que son las de mi madre…
Pero son las mías… con mucha información, y con muchas ganas de enseñarles cuanto contienen, los frutos de un gran árbol lleno de savia, de vida.
Hoy miro al frente y siento que tengo atrás la fuerza que es el aliento que me anima
y me permite disfrutar y proyectar cuando deseo en mi vida.
Gracias a esa fuerza, me voy a permitir vivir mi destino.
Esto es lo que siento cuando veo esa foto, en ese momento que ni yo ni mis hermanos entrabamos en su imaginación.
Tanto por lo que dar las gracias…
Poco mas que añadir a tan bella reflexion. Sin esos gestos, cuidados y mimos, no seriamos lo que somos. Gracias…
Pues si,y mi piel recuerda todas esas vivencias como si las estuviera teniendo ahora mismo. Y espero que los mios lleguen algun dia a darse cuenta de todo esto a traves de mis manos. Gracias, muy bonito.Un beso.