La Acupuntura es una técnica de sanación utilizada por la medicina tradicional china. Son hoy muchos los médicos, fisioterapeutas, enfermeros y auxiliares que utilizan esta técnica dentro del mundo occidental, pero también muchos los profesionales acupuntores que se han preparado en escuelas de medicina tradicional china para esta profesión. Así, no solo aprenden a utilizar las agujas, sino también otros métodos y a comprender y aprender la visión que en oriente se tiene de la enfermedad.
La Medicina Tradicional China existe desde hace al menos 2.500 años. Contempla el cuerpo humano como un sistema de flujos de energía que se mantienen equilibrados (salud) o desequilibrados (enfermedad).;Mediante la inserción de agujas en puntos concretos se obtiene el reequilibrio del sistema energético-vital. Dichos puntos se encuentran situados en una serie de canales o “meridianos”, diez básicos, (correspondientes a los cinco órganos y cinco vísceras fundamentales. A través de ellos se distribuye la energía vital o “chi” por todo el cuerpo. Es fácil ver como en un hospital tradicional oriental te toman el pulso y examinan tu lengua para diagnosticar desequilibrios de energía. Pueden tomar el pulso en tres posiciones en cada muñeca y a tres profundidades distintas en cada posición. Es muy fácil escuchar “hay una deficiencia del ying” o “hay una subida de calor en el hígado”. Y a través de sus extraños comentarios llegan a obtener su diagnóstico y a continuación a, como dice una amiga mía, hacer cosas raras.
Esas cosas raras, son algo así como insertar agujas para equilibrar el flujo de energía de nuestro cuerpo, utilizar la moxa (moxibustión), golpecitos, etc.
Seguramente más de alguno de los lectores habrán probado la acupuntura. Para mi es un placer acudir a mi médico acupuntor, en mi caso también homeópata, pues se con seguridad que mis carencias o desequilibrios energéticos van a ser solucionados y mi cuerpo va a volver a la estabilidad y con ello a la salud. Y todo ello sin tomar medicamentos tradicionales occidentales ni productos químicos. No quiero por ello decir que en muchas ocasiones no sea necesaria esta medicación occidental, sino que a veces es innecesaria, en otras es importante (aunque confieso al lector, que cada vez utilizo menos esta y tomo más homeopatía y acudo más a la acupuntura).
A lo largo de mi vida, he aprendido a utilizar las agujas, ya que he tenido grandes maestros que me enseñaron, y aunque no soy acupuntora, sí las utilizo para mi y para mi familia. Después hice un pequeño curso de auriculopuntura y aprendí bastante más sobre las agujas y también sobre moxibustión (a la que le tengo especial devoción). A pesar de ello, tengo mi médico acupuntor y homeópata en Madrid que se preocupa por mi equilibrio y mi salud, y hoy por hoy, puedo decir que permanezco lo más sana y equilibrada que puedo gracias a él. (Al final pondré su dirección por si alguno anda perdido y quiere consultar con él).
Cada vez va siendo más necesario que probemos otros métodos, otras medicaciones y otras maneras de permanecer sanos. Especialmente, es importante comenzar a tener claro, como dice el dicho “más vale prevenir que curar”, que aunque sea más entretenido mejor mantenerse en equilibrio día a día, en salud, previniendo la enfermedad, que luego lamentar el tener que correr y buscar remedios para obtener la curación.
Se trata de permanecer sanos. Y para ello, hoy día hay muchos medios, como esencias florales, tratamientos naturales, acupuntura, masajes, hidroterapia, alimentación higienista, etc. Pero ante todo y cada vez que veamos que entramos en desequilibrio y enfermedad, un acupuntor y homeópata, es muy efectivo. Os animo a que os preocupéis más por permanecer sanos y no esperar que llegue la enfermedad. Nos sentiremos mejor y podremos sentir bienestar en nuestras vidas.
LUIS ARAMENDÍA TABAR
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