Estoy segura que el lector alguna vez en el intento desesperado de quedarse durmiendo ha llegado a probar el ejercicio de contar ovejas. Que si una que salta, otra que pasa por debajo de la valla, otra pequeñita, otra grande, otra negra… todas pasan por encima de la cama según contamos. Realmente ¿esta es una forma de olvidarnos de nuestras «historias para no dormir» y cansarnos? ¿o quizá es otro motivo para el insomnio?… Debo confesar que en una época que padecí insomnio, a mi no me funcionó, pues me dedicaba a imaginarlas de todas las maneras, hasta de colores, con complementos, una oveja madre que llevaba en carricoche a su pequeña, una oveja fumando, creando chistes… y así se podía pasar más tiempo del que yo pensaba intentando dormir. Al final, el insomnio era inminente y yo no podía soportar pensar que yo estaba despierta mientras que todo el mundo en mi casa dormía plácidamente. Es lo que tienen las mentes creativas.
El insomnio es un trastorno de la fase del sueño y se muestra como una incapacidad de tomar el sueño de una forma natural y continuada. Así, nuestro organismo aprovecha para reducir las constantes vitales y activar el mecanismo de detoxificación de todo nuestro cuerpo, incluida nuestra mente.
De esta manera, la ausencia de esta fase de sueño con el tiempo puede repercutir seriamente en nuestra salud: fatiga diurna, falta de concentración y memoria, apatía, depresión, etc.
Las estadísticas en torno al insomnio son preocupantes. Según estudios realizados en la Unión Europea, entre el 8 y 10 % de la población padece de insomnio crónico. El 30% de los niños menores de 10 años han adquirido malos hábitos de sueño. Cinco de cada cien adultos sufren los efectos de la apnea. Entre el 2 y el 10% son sonámbulos y otro tanto tienen temores nocturnos. Uno de cada 1000 habitantes sufre de narcolepsia. Entre 10 y 15 % acuden al médico con síndrome de piernas inquietas. Millones de personas en todo el mundo pasan sus vidas en medio de una sonmolencia y fatiga contínuas. Otros se ven obligados a trabajar cuando su cerebro está programado para dormir.
Hay que distinguir el insomnio crónico del trastorno del sueño puntual. El transtorno del sueño puntual corresponde a causas puntuales en algún momento de nuestra vida y no tiene mayor importancia, tan solo poner solución a lo que lo está provocando.
Sin embargo, cuando el trastorno del sueño se repite de forma continuada en el tiempo, podemos hablar de insomnio o insomnio crónico.
Si hablamos desde el punto de vista de la metamedicina, la incapacidad de dormir corresponde a un profundo miedo a abandonarse y soltarse. Ocurre cuando vivimos con inseguridad y queremos tener el control sobre todo lo que sucede en nuestra vida. Sin embargo, cuando dormimos, nuestras facultades mentales duermen también por lo que somos más vulnerables. Así, guardamos nuestra mente ocupada con todo tipo de ideas, situaciones incluso ficticias e inventadas, para impedir ganarnos el sueño.
Nuestra vida está coloreada con la tensión, la ansiedad, la culpabilidad y a veces, incluso cierta paranoia. Esto puede resultar de un sentimiento de nuestro ego o supervivencia que han sido amenazados en cierto modo. Hay probabilidades de que sintamos una tensión nerviosa extrema y que tengamos dificultad para ponernos en nuestro lugar y tomar decisiones.
El insomnio también está fuertemente relacionado con la culpabilidad consciente o inconsciente. Por un motivo u otro, podemos tener la sensación de que no nos merecemos descansar. Quizá porque nos sentimos culpables de no tener éxito en la vida, de no hacer todo lo necesario para nuestros hijos, etc. La culpabilidad por no haber podido hacer nada, es tambien la culpabilidad por no haber actuado en el momento adecuado o no haberse dado cuenta de algo muy importante. Pensamientos como: «nunca le dije lo que quería» nos pueden hacer sentir culpables en un momento dado y anidar en nosotros y en nuestro pensamiento por mucho tiempo sin que a penas nos demos cuenta que este sentimiento sigue con nosotros.
También podemos habernos programado pensando que «dormir es una pérdida de tiempo». La glándula del timo está estrechamente vinculada al sueño y, a la vez con la energía del corazón. El insomnio puede estar vinculado a nuestra aptitud para amarnos, a dar confianza al amor y por el mismo motivo, a la vida. Tenemos que aprender a relajarnos y soltar el control para dejar que el sueño recupere su lugar en nuestra vida.
La culpabilidad por haber recibido más que los demás se considera una injusticia y tambien está relacionada con el insomnio. Consideramos que no es justo que hayamos recibido tanto cuando nuestra madre, nuestro hermano, nuestra hermana o nuestro amigo no han tenido quizá tanta suerte. Por ejemplo, hemos podido ser el hijo o hija preferido, o haber tenido más privilegios o haber logrado todo más fácilmente, o incluso haber sido más guapo o más inteligente. Muchas personas que han visto que sus padres han sido desgraciados en su matrimonio, creen que no tienen derecho a ser felices con su pareja. Aconsejo volver a leer los artículos en el apartado Pedagogía sistémica los artículos: «Reconocer el sistema familiar y honrarlo» y «El alma del sistema familiar y los órdenes del amor».
Permitámonos el derecho a disfrutar de lo que tenemos, sin sentimientos de culpa, a ser feliz y a tener éxito en nuestra vida, incluso si los que nos rodean no tienen esa posibilidad, pero seríamos más personas felices en este mundo y podríamos ayudar a otros a serlo.
Consejos para tomar el sueño adecuadamente:
– Cenar muy suave y temprano (lo más lejos de la hora de acostarnos, al menos dos horas antes), para evitar sobrecargas en el sistema digestivo y para que el organismo pueda pasar a una fase de inactividad
– El ejercicio físico regular es estupendo para un sueño de calidad, sin embargo, si se hace cercano a la hora de acostarse puede empeorarlo.
– Importante reducir el consumo de excitantes (alcohol, café, cocacola, nicotina…) o eliminarlos de los hábitos diarios si no se duerme bien, sobre todo en horas próximas a irse a dormir.
– Se recomienda que la cama y el dormitorio sean de lo más confortables posibles, cómodos, suficientemente oscuros en las horas de sueño, ventilados, con poco ruido y sin temperaturas extremas.
– Interesante también practicar alguna disciplina de meditación, como yoga u otra actividad que nos aporte paz y relajación al cuerpo y a la mente.
Y por supuesto, no debemos contar ovejas, porque corremos el peligro de que alguna se quede con nosotros en la cama dándonos la charla nocturna beeee beeee beeeeeee… y ese puede ser un motivo grave de insomnio!