Desde bien joven siempre tenía el sueño de ser corista. Dedicarme a acompañar a algún cantante famoso en sus giras y permanecer en el anonimato como cantante. Hacer que suene bonito todo con acompañamientos y voces segundas, ser el adorno musical que falta a la voz que se enfrenta a un público y quiere escuchar lo mejor. Sin embargo, nunca lo hice, lo mío más bien era estar al frente y no detrás y sin darme demasiada importancia. Solo disfrutar de cantar y aceptar lo que la vida me procure a pesar de mis esfuerzos.
Considero que el trabajo de corista es ideal para alcanzar la excelencia en el escenario. Aunque hoy los tiempos corren difíciles teniendo en cuenta que llevar una o dos coristas encarece el presupuesto. Quien hoy día sale al escenario acompañado por una o dos coristas y por supuesto con una buena banda consigue crear el espacio ideal para conectar con el público y ofrecer un gran espectáculo. Los o las coristas siempre son la pieza que falta del puzzle musical y solo lo valoran los grandes y sensibles oídos.
La historia habla de grandes coristas. Muchas de ellas superaron a las grandes voces a las que acompañaban, pero nunca fueron ni son reconocidas. Siempre permanecen en el anonimato para el mundo de la música.
Este año Sundance ha realizado un documental en el que se las reconoce como las grandes voces que permanecieron sin rostro ante el mundo y que hoy se merecen la gloria. Como yo siempre digo a mis alumnos y clientes: «aquello que queda grabado, es para siempre».
Morgan Neville abrió este gran festival de cine Sundance con el filme «Twenty Feet From Stardom». Este relata la vida de mujeres poco conocidas por el público y que sus voces permanecen adornando y embelleciendo canciones que pertenecen al repertorio popular y que acompañaron a los grandes como: Rolling Stones, Elvis, Fran Sinatra, Michael Jackson, Elton John, Tina Turner, U2, Stevie Wonder, Aretha Franklin, Bruce Springsteen, etc.
La gran Lisa Fischer, quizá una de las mejores para mi gusto. Más reconocida por cantar con Rolling Stones. Y Tata Vega, otra de las mejores voces negras que empasta maravillosamente junto a quien le pongas al lado y seguro que hace brillar a cualquier voz que le falte color. Grandes voces de oro, que propulsaron a las voces principales de grupos y de grandes cantantes.
Muchas de ellas publicaron sus álbumes, pero nunca saborearon el éxito como se merecían. Se quedaron «a unos seis metros de la fama».
Este documental puede dar paso al reconocimiento de los y las nuevas coristas, y que la gente preste más atención a esas voces sin rostro y ponga interés en ellos y ellas que nos hacen escucharlo todo más completo y enaltecen la belleza de una canción.
Por Marla Sánchez
@MarlaCoach
Me ha encantado este artículo. Todavía me viene a la retina la imagen del trío La, la, la. Siempre estaban detrás de los grandes cantantes, Julio Iglesias o Massiel en el festival de Eurovisión. Siempre en segundo plano, pero, indudablemente la música no hubiera sido la misma sin ellas. Así que un merecido homenaje.
Encarna, aquí dejo un video en Eurovisión donde canta Karina y detrás el trío La la la:
http://www.youtube.com/watch?v=rOsAzsONfMg&feature=share&list=PL2BBA92AE30F1981F
Y este trío masculino no se cómo se llamaría, pero también estaban ahí según la canción y el cantante, sacaban a unos o a otras. Aiiisss… qué tiempos!!!…
http://www.youtube.com/watch?v=dwAi3SpAItg&feature=share&list=PL2BBA92AE30F1981F